martes, 17 de enero de 2012

Un, dos, tres, despierta.

Desaparecer como en un truco de magia. Uno, dos, tres, despierta. Y nada.

Cerrar los ojos y al abrirlos, no conocer absolutamente nada de tu alrededor y ella, porque siempre existe alguna ella, tenga nombre de constelación.

Desorientarme camino a casa, escribir mi destino en blanco a partir de unos puntos suspensivos.
Habitar los sueños de mujeres de verdad, de esas que te rompen el alma si les jodes la vida.

Que una rubia de bote cualquiera se coma las migas de pan de mi regreso y luego mi cuello y después de luego mi vida.

Emborracharme en bares donde el humo inventa países que no existen, que el amor me sorprenda en cada esquina y el olvido no se haga verbo conjugable.

Y si no vuelve a ser en tus ojos, no verme, no verme nunca más en los espejos.

8 comentarios:

  1. Absolutamente epatante.

    Siempre que te leo no sé si me entristezco, me excito, me dan ganas de amar o de fornicar.
    Tienes un don niña.

    ResponderEliminar
  2. Este es este!
    sencillamente maravilloso...

    ResponderEliminar
  3. Los espejos pueden ser unos cabrones a veces.

    ResponderEliminar
  4. No hay necesidad de tener espejos.

    Es mas facil romperlos. Todos


    Saludos

    ResponderEliminar
  5. Desaparecer, desorientarse y emborracharse....Aunque lo correcto sería al revés...
    Besos

    ResponderEliminar
  6. Ojalá el olvido no fuera conjugable nunca :(
    Me encanta.

    Bsos

    ResponderEliminar