miércoles, 18 de mayo de 2011

XI

Hola, solamente dijo hola.
Pasó de largo perdiéndose entre el gentío.
Y yo toda la vida pensando que era diferente
y entre la multitud ni siquiera fui capaz de diferenciarla.

domingo, 15 de mayo de 2011

De cómo comer helado de dos bolas sin mancharte las manos.

¿Qué otra cosa podía hacer con las manos que no fuera romperte las costuras de las bragas?

Creo que dos segundos antes de arrodillarme vi París, luego tus muslos se abrieron como las puertas mecánicas de los grandes almacenes y un liquido trasparente inundó mi lengua.

Lamí despacio, izquierda y derecha, arriba y abajo, ambos orificios, con gula, con hambre,con sed, absorbiendo dulcemente la pelotita que hacía crujir tu espalda.
En ese momento, en mi cabeza sonaba la melodía del camión de los helados.

Y tú haciendo algo parecido a jadear pero con música, tus dedos tecleando canciones de Sabina en la espesura de mis cabellos, cada vez que me faltaba el aire veía esa luz que dicen que anuncia la muerte, luego subía la cabeza miraba tu boca entreabierta suspirando y volvía mi sed interminable, la asfixia como necesidad de respirate por dentro.

Fue justo en ese momento, cuando tu voz dijo basta y yo no tenía certeza alguna de donde me latía el corazón, si en el hueco de siempre o en la misma polla, cuando me despertó la humedad de las sábanas.

Ni siquiera me limpié, me puse del otro lado y te eché terriblemente de menos.

Otra vez.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Trocitos de mi alma desperdigados por el suelo (con suerte viene un perro y se los come)

1

Yo quería otro rostro
y tu trajiste el mismo hacía la cama.
Luego dirás que te fui infiel porque no te quise
y no verás tu culpa en el espejo.


2

Te odio, por eso escribo.
Tu pensarás que lo hago por amor
pero el amor solo consigue que te piense
y si te pienso, te odio.

Por eso escribo.


3

Me importa una mierda la opinión de la gente.
Aunque me gustaría saber qué opina la gente de esto.



4

Mi poesía debería ser una mentira
vestida tan morbosamente provocativa
que cuando la desnude,
además de parecer verdad,
me entren ganas de follármela.


5

Hablo poco,
no porque piense que no merecen escucharme
sino porque dudo que de verdad les apetezca.