martes, 17 de enero de 2012

Un, dos, tres, despierta.

Desaparecer como en un truco de magia. Uno, dos, tres, despierta. Y nada.

Cerrar los ojos y al abrirlos, no conocer absolutamente nada de tu alrededor y ella, porque siempre existe alguna ella, tenga nombre de constelación.

Desorientarme camino a casa, escribir mi destino en blanco a partir de unos puntos suspensivos.
Habitar los sueños de mujeres de verdad, de esas que te rompen el alma si les jodes la vida.

Que una rubia de bote cualquiera se coma las migas de pan de mi regreso y luego mi cuello y después de luego mi vida.

Emborracharme en bares donde el humo inventa países que no existen, que el amor me sorprenda en cada esquina y el olvido no se haga verbo conjugable.

Y si no vuelve a ser en tus ojos, no verme, no verme nunca más en los espejos.

martes, 10 de enero de 2012

Escribir-te-me


Escribir es una fuga de mí mismo. Mirar a los ojos al suicidio y dar un paso hacia atrás en la cornisa. Escribir es el espejo donde puedo aguantarme la mirada, la foto que no me importa que veas, la piel que no me asusta que toques.

Escribir es descoserte por el pecho, ponerle alas al odio, volver a la infancia a por aquel sí que nunca te dieron. Desnudar la distancia de excusas e imposibles, desenterrar a los muertos con el abrazo que adeudas y asesinar al olvido una y otra vez hasta el recuerdo.

Escribir es lo más cerca que puedo estar de tus labios, lo más lejos que puedo estar de mí mismo, lo más vivo que puedo estar de la muerte.

Pero sobre todo escribir es tenerte aunque tú no me tengas, aunque tú no me quieras, aunque tú ni lo sepas.

Por eso escribo.

Ahora.

jueves, 5 de enero de 2012

La piel mágica


Tiene mejores cosas que hacer que estar aquí conmigo, por ejemplo no estar aquí conmigo.

Yo pensaba que el camino más cerca al extasis tenía un atajo a través del dolor, sin embargo

al primer mordisco me quejé como una nena.

- La penetración -dice- lo hace cualquiera, el día que me enteré de como venían los niños al mundo

me dio verdadero asco, pensar en mis padres...ya sabes. Me niego a repetir el acto de cualquiera-

concluyó-.



Tenía junto al pezón izquierdo la marca de sus dientes, era como un sofá bonito en una casa fea,

como una televisión de cincuenta pulgadas en casa del pobre.


Me echó el humo a la cara y amé la niebla.


Tres deseos, si la lames hasta que brille, son tres los deseos que te da a elegir, yo siempre me acabo

corriendo en el segundo, soy un hombre fácil. El que me queda me lo guardo en el bolsillo como si

fuera un ticket de supervivencia, para pensarla como ahora cuando ya no está.

Porque no está, es así y no la culpo, tiene mejores cosas que hacer que estar aquí conmigo, por

ejemplo no estar aquí conmigo.

lunes, 2 de enero de 2012

El destino lo escribo yo y lo hago con faltas de ortografía



No creo que nadie vaya a sentarse a mirarme por dentro y de hacerlo imagino, que el color de mis pulmones tampoco hacen del paisaje algo hermoso. Mi corazón es un animal de compañía que no late al uso como todos, él repite tu nombre hasta la desesperación.

Ojalá fueras cicatriz y pasar mi dedo por encima ya no doliera, ojalá tuvieras forma de luna creciente, brillaras y tu ocaso dependiera de mis ojos. De un simple parpadeo.

No creo que nadie vaya a sentarse a mirarme por dentro, como se mira el mar o una lluvia de estrellas, de hacerlo, imagino que intentaran coser este agujero en mi garganta por donde me entra toda la nostalgia, o procurarán que al tocar mi espalda las vértebras no suenen a suicidio.

Soy una canción a piano de un saxofonista borracho. Sueno a perro abandonado en la gasolinera más al norte de tu muslos.

No creo que nadie vaya a sentarse a mirarme por dentro, sin censurar antes mis labios de besar orillas, mis manos de romper costuras, mi lengua de lamer miserias.

Alguien que no intente doblarme, ni haga preguntas estúpidas que necesiten a cambio mentiras absurdas. Alguien que se acomode y disfrute de como puedo beberme el odio y vomitar en la alfombra un poema de amor.

Alguien que no diga te quiero y haga del amor un puto acto cotidiano.

No creo que nadie vaya a mirarme por dentro y por si acaso ya he quitado la butaca donde se mece el destino.

No vaya a ser que...

Y me joda.